sábado, 24 de agosto de 2013

FUEGO EN PUNTA DE LAS CARRETAS



FUEGO EN PUNTA DE LAS CARRETAS

Como comentario histórico “a la pasada”, hace unos dos años di con un dato que durante un tiempo consideré irrelevante hasta dar con las pruebas. Las tremendas epidemias que azuzaron la ciudad de Montevideo durante el siglo XIX continúan aún en la memoria, cólera, tifoidea, fiebre amarilla, etc. Dado que aún faltaba bastante para la creación de la primera red de saneamiento urbano, uno puede imaginar durante esas plagas, un Montevideo lúgubre, plagado de ratas y boticarios “mágicos” así como también carretas, un continuo desfile de carretas entrando y saliendo de la ciudad. Su carga? Aquellos difuntos víctimas de las enfermedades conjuntamente con todas sus pertenencias por disposición del gobierno. Y literalmente se cargaba todo en carretas, desde la cuchara hasta su dueño.  Estas se dirigían en procesión hacia unos kilómetros afuera de la ciudad y unos cientos de metros adentro del río en lo que hoy es la península del barrio “Punta Carretas”, en aquel entonces, campo y caminos de tierra. Lo que allí se hacía (ya que el lugar prometía lejanía de la urbe), era incinerar toda la carga traída por las carretas, un gran crematorio de emergencia sanitaria post-colonial. En el primer comentario que me habían hecho al respecto, se mencionaban vestigios esquivos de lo que supo ser aquél un infierno. Me dirigí entonces, un lugar ahora diametralmente opuesto a lo que fue, extensos espacios verdes con vista al río en donde bien hemos sabido compartir unos mates, sin saber, claro, que a unos dos metros bajo nosotros se encuentran efectivamente los restos de oscurísimos episodios de nuestra ciudad. Hacia la costa, afloran desde pequeñas barrancas de erosión natural, de unos tres metros de altura, innumerables objetos de origen en su mayoría, europeos (por aquel entonces, los habitantes mas patricios y no tanto, encargaban por catálogo tanto mobiliario como decoración y utensilios varios, desde Europa. Es poco probable encontrar piezas completas de mas de cien años y si tuvieron la buena fortuna de escapar al fuego, pero durante mis jornadas de investigación en la zona, he dado con algunos objetos decorativos que extrañamente se mantuvieron inalterables al paso del tiempo, por lo demás, hay fragmentos de todo, azulejos pas de calais (Francia) así como porcelanas varias, muchas con sus sellos de fabrica (Inglaterra, Italia, Francia), objetos de metal como finos utensilios de cocina y restos de envases de vidrio muchos de ellos también sellados. Etc, etc. El lugar que menciono ocupa toda la península continuando por la franja costera hacia el oeste hasta el monumento al holocausto. 




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