FUEGO EN PUNTA DE LAS CARRETAS
Como comentario histórico “a la pasada”, hace unos dos años
di con un dato que durante un tiempo consideré irrelevante hasta dar con las
pruebas. Las tremendas epidemias que azuzaron la ciudad de Montevideo durante
el siglo XIX continúan aún en la memoria, cólera, tifoidea, fiebre amarilla,
etc. Dado que aún faltaba bastante para la creación de la primera red de
saneamiento urbano, uno puede imaginar durante esas plagas, un Montevideo lúgubre,
plagado de ratas y boticarios “mágicos” así como también carretas, un continuo
desfile de carretas entrando y saliendo de la ciudad. Su carga? Aquellos
difuntos víctimas de las enfermedades conjuntamente con todas sus pertenencias
por disposición del gobierno. Y literalmente se cargaba todo en carretas, desde
la cuchara hasta su dueño. Estas se
dirigían en procesión hacia unos kilómetros afuera de la ciudad y unos cientos
de metros adentro del río en lo que hoy es la península del barrio “Punta
Carretas”, en aquel entonces, campo y caminos de tierra. Lo que allí se hacía
(ya que el lugar prometía lejanía de la urbe), era incinerar toda la carga
traída por las carretas, un gran crematorio de emergencia sanitaria
post-colonial. En el primer comentario que me habían hecho al respecto, se
mencionaban vestigios esquivos de lo que supo ser aquél un infierno. Me dirigí
entonces, un lugar ahora diametralmente opuesto a lo que fue, extensos espacios
verdes con vista al río en donde bien hemos sabido compartir unos mates, sin
saber, claro, que a unos dos metros bajo nosotros se encuentran efectivamente
los restos de oscurísimos episodios de nuestra ciudad. Hacia la costa, afloran
desde pequeñas barrancas de erosión natural, de unos tres metros de altura,
innumerables objetos de origen en su mayoría, europeos (por aquel entonces, los
habitantes mas patricios y no tanto, encargaban por catálogo tanto mobiliario
como decoración y utensilios varios, desde Europa. Es poco probable encontrar
piezas completas de mas de cien años y si tuvieron la buena fortuna de escapar
al fuego, pero durante mis jornadas de investigación en la zona, he dado con
algunos objetos decorativos que extrañamente se mantuvieron inalterables al
paso del tiempo, por lo demás, hay fragmentos de todo, azulejos pas de calais
(Francia) así como porcelanas varias, muchas con sus sellos de fabrica
(Inglaterra, Italia, Francia), objetos de metal como finos utensilios de cocina
y restos de envases de vidrio muchos de ellos también sellados. Etc, etc. El
lugar que menciono ocupa toda la península continuando por la franja costera
hacia el oeste hasta el monumento al holocausto.
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